jueves, 28 de marzo de 2013

Rebelde (war witch): Kim Nguyen



Título Original: Rebelle
Director: Kim Nguyen
País: Canadá (2012)
Duración: 90 min.

 Una realidad aparte: La vida en el interior de los muertos



Es una dura película que revive la historia de una olvidada aldea africana donde vive Komona (Rachel Mwanza), una niña de 12 años que pasa apaciblemente sus días en la miseria, junto a sus padres. Hasta un oscuro día en que un grupo de guerrilleros irrumpe su aldea y la secuestra, junto a otros muchachos, para convertirla en un aguerrido soldado. Así, inmersa en la selva agreste, viviendo la fatiga que produce la incomodidad de hallarse sin hogar, sin futuro ni dignidad y enfrentada a la violencia de sus comandantes, Komona vive sumida en visiones sobrenaturales. Los muertos, víctimas de la guerrilla, se le aparecen constantemente para favorecerla y proveerle de información que pronto será muy útil a su bando guerrillero. Entonces, tras una serie de revelaciones efectivas a su cometido bélico anti-gubernamental, sus comandantes se dan cuenta que Komona no es alguien común y corriente, sino una eficaz bruja. Adquiere fama y cierto respeto por sus capacidades sobrenaturales, pero su soledad la mantiene en un letargo desesperanzado. Solamente Magicien (Mago), un muchacho albino, se hace su amigo y pronto se enamorará de ella. Juntos, ya no necesitan de la guerrilla y deciden escapar. La situación, evidentemente, no es nada fácil, y tendrán que sobrellevar muchas vicisitudes. Entre tanto, una aparición de sus padres muertos obligará a Komona a cumplir una deuda pendiente con ellos.

La película inicia dos años más tarde, mientras Komona permanece embarazada y le cuenta la historia de su vida a su niño aún no nacido. Rebelle se constituye en una desgarradora carta de amor filial de una madre que busca justificarse frente a su hijo, quien nacerá en una situación ingrata. En el fondo, no es la carta de una madre arrepentida ni de alguien que sólo busca el perdón, sino la explicitación de un sentimiento más profundo: la angustia de saberse encadenada al dolor de ese nuevo ser, quien llegará a un mundo donde la vida no vale nada, donde se vive la desesperación de ser nadie y se muere con la esperanza de haber hecho algo bueno, aunque en el fondo no haya valido de nada. 

Otro factor interesante es la importancia que se le otorga a la magia y a los amuletos, capaces de proveer tranquilidad y buena suerte. Pero no es una cuestión de supersticiones o lecturas de horóscopo, sino elementos necesarios de una cultura que abraza la magia de tal forma que no se podría concebir la existencia fuera de ella. Todos los temores, los logros y los fracasos de la gente tienen algo que ver con factores sobrenaturales. A la manera de los chamanes, Komona ingresa en trances espirituales, a veces impulsados por ciertos psicotrópicos, y se pone en contacto con la divinidad y puede comunicarse con los muertos. Esta película hace un flagrante ingreso en una realidad aparte, aquella realidad Carlos Castaneda define muy bien en su libro: Las enseñanzas de don Juan.

Sin más, Rebelle no sólo es recomendable por su calidad visual y por su trama, que tiene la capacidad de tocar muchas sensibilidades, sino porque rememora nuestras propias necesidades de negar la cruda realidad y de ingresar en otra realidad, más mágica, más pura, menos salvaje y siempre más humana: a fin de cuentas siempre buscamos una realidad aparte.
 

domingo, 17 de febrero de 2013

Amor: Michael Haneke



Título original: Amour
Director: Michael Haneke
País: Austria (2012)
Duración: 127 min.



Amor, enfermedad y muerte

Unos bellos ojos marinos, envueltos en un mirada perdida en medio de la piel agrietada y manchada por el inexorable pasar del tiempo. Allí transcurre la última película del director Michael Haneke, quien nos presenta la historia de una pareja de ancianos, que, a través de las indolentes marcas de la edad deben librar la batalla más difícil de todas: de la enfermedad y la muerte.

Anne (Emmanuelle Riva) y Georges (Jean-Louis Trintignant) son una pareja que vive los últimos años de su vida. Ambos, cultores de la música, fueron profesores de piano, y ahora retirados, pasan una vida entre pequeñas comidas caseras y presentaciones de música en el teatro. Invitados por antiguos estudiantes, algunos prodigios del piano, son los pocos momentos que salen de su hogar. Todo transcurre con la normalidad de la vejez que disfrutan juntos, hasta una mañana en que Anne sufre un leve ataque catatónico, producto de una apoplejía, que le inmoviliza medio cuerpo. Su enfermedad es degenerativa y a cada momento la vuelve más inútil para realizar actividades tan comunes como alimentarse o hacer sus necesidades. Solamente Georges queda a su lado para acompañarla y proveerle todo lo que necesita. Para el espectador atento el desenlace es evidente, aunque la película de Haneke excede las expectativas.

Es una película sencilla y desgarradora, aunque no lastimera, debido a que no presenta escenas trágicas y extraordinarias que ocurren en la vida, sino la vida misma. Es el desenlace de todo ser humano que llega a la vejez, es el tránsito normal que todos viven o deben vivir aunque nadie quiere saberlo. Lo realmente extraordinario en la película es el cuidado de ambos (Georges y Anne) por cuidar la dignidad que les queda como pareja, como músicos y como seres humanos. No buscan la lástima, ni de sus familiares, ni de sus amigos, ni de los propios espectadores. Viven la podredumbre de la vida con el mayor estoicismo. En medio, un sueño de Georges (donde sale al pasillo inundado de agua y una mano le cierra la boca) pareciera mostrar la crisis que se avecina, y la imposibilidad de insuflarle aliento (es decir, vida) a quien se encuentra en peligro (Anne). Al mismo tiempo, hay dos escenas encantadoras de una palomita que ingresa por la ventana a su apartamento (la primera vez, Georges la ahuyenta, y la segunda la atrapa pero la deja libre), que pareciera mostrar el miedo y  luego su desafío a la muerte. Cuando espanta a la muerte aún teme de ella, sin embargo, cuando la atrapa y la deja libre es porque la ha hecho suya, la detenta aunque no puede poseerla.

Michael Haneke no pudo haber sido más preciso al elegir una palabra tan ambigua para darle el nombre a esta película: Amor. Lejos de su concepto vacío y publicitario, Amor es la mayor expresión de la vida. El amor es placer, es dolor, es muerte. Un gran amigo y agudo crítico de la vida, luego de haber visto está película, me comentó: “Da la sensación de haber salido de un funeral”. Que no implica una sensación triste sino aturdida, pues produce un pasmo que nos invade al ver la cruda realidad que se esconde detrás de nuestros prejuicios, alegrías y debilidades.


Amor es una película que se disfruta, se vive, y de alguna forma, se rememora cada día.

La enfermedad, la vejez y la muerte sean nuestro fatal destino, y maldito aquel que nos recuerde tan desesperanzador camino. Maldito, si no trae consigo una cura, y tan solo con un cura quiere redimir nuestras culpas. Que redima mejor las suyas que yo cargaré las mías hasta la tumba. No aspiro a otra vida, pero nada me impide anhelar un porvenir más puro...


martes, 29 de enero de 2013

Extraños en la noche: Alejandro Montiel



Título original: Extraños en la noche
Dirección: Alejandro Montiel
País: Argentina (2012)
Duración: 93 min.



Extraños en la música o detectives travestis

Concebida como una película policiaca y humorística, donde el romance es infaltable, cuenta la historia de una pareja de músicos que viven haciendo presentaciones nocturnas en eventos sociales. Ella canta y él toca el piano, pero es evidente que ya están cansados de esa vida y deciden realizar una última presentación. Vicisitudes de la vida, se cruzan con un borrachín entrometido que estropea la presentación, por lo que deciden abandonar el evento. Ya desempleados, la noche siguiente, mientras cae una terrible tormenta, escuchan sonidos extraños y presienten que ha ocurrido un asesinato. Obstinados ante la situación, deciden investigar lo ocurrido, pero encuentran algunos obstáculos que les hacen pensar en la existencia de varios cómplices inmiscuidos en el crimen.

Extraños en la noche, contiene un argumento sencillo y para el público amplio, donde acontecen situaciones inesperadas y con grato humor. La actuación de Sol (Julieta Zylberberg) es excepcional, pues es capaz de transitar entre el drama, la comedia y la locura sin dificultad. Es una cantante histriónica con rasgos detectivescos, obsesionada con explicar lo que ocurre a su alrededor. Al contrario, la interpretación de Martín (realizada por el conocido cantante de pop: Diego Torres) es poco creíble en varias escenas. Actúa de un individuo ingenuo, pero ya parece tonto, y su actuación es un poco forzada. Recuerda un poco a los sketchs humorísticos de la televisión donde se opta por la sobreactuación para enfatizar las bromas. No es un mal actor, pero a Diego Torres no le sale muy bien el humor. Lo paradójico del caso es que interpreta a un pianista apasionado de la música clásica, quien no soporta la música pop. Sin embargo, su mejor momento en la película ocurre cuando decide componer una balada de pop romántica: Sol de nuevo día. Bueno, no entraremos en el detalle de lo que dice la canción, porque creemos que el título ya lo dice todo de todo, es decir, mucho de nada.

La película se construye sobre una historia centrada en el asesinato que Sol y Martín presencian auditivamente, y es tan fuerte la presencia de tal asesinato que descuidan otros asuntos de los personajes. Es una película que no explota todos sus recursos temáticos, ni los recursos de los actores secundarios (algunos muy conocidos en el ámbito del humor) porque aparecen en papeles muy pequeños. A fin de cuentas, no es una película para romperse la cabeza tras un significado oculto o tras una comparación erudita. Como dijimos antes, es sencilla, un poco tonta, lo cual le otorga un cariz divertido y, principalmente, terriblemente irónica. Es la historia de todo aquel que no hace lo que quiere, sino aquello que el mundo ha arrojado sobre él, y no puede elegir otra cosa. ¿Suena familiar? Tal vez no del todo, pero en esta película se llega a extremos interesantes.

 

lunes, 21 de enero de 2013

ParaNorman: Chris Butler y Sam Fell



Título original: ParaNorman
Dirección: Chris Butler y Sam Fell
País: Estados Unidos (2012)
Duración: 92 min.



ParaNorman o cómo se hace bullying a un zombi

Construida como una crítica a la sociedad contemporánea de nuestro tiempo, la película: ParaNorman, denuncia uno de los fenómenos más discutidos en nuestros días: el Bullying. Conocido en español como acoso u hostigamiento físico y emocional, el bullying constituye el elemento central en la vida de Norman, un adolescente que posee la extraordinaria capacidad de comunicarse con los muertos. Aunque tal capacidad lo ha condenado al aislamiento social, al ser considerado un demente.

Un aspecto interesante de esta película es que construye dos categorías de muertos: 1. Los totalmente muertos, quienes han desaparecido por completo de esta tierra y ahora descansan en paz, y 2. Los espíritus errantes, quienes siguen rondando la tierra, puesto que tienen cuentas pendientes con los vivos y por ello les es impedida la paz eterna. Estos espíritus errantes son los personajes más importantes en la película, no sólo porque hacen referencia a las apariciones con las que habla Norman, sino porque son un referente de toda la problemática de la historia. Es decir, el problema de fondo de ParaNorman, ronda en torno a la búsqueda de la tranquilidad y del reconocimiento de nuestras diferencias; puesto que éstas son el motivo del bullying. Pero ni la paz de los vivos ni la de los muertos es posible si se mantienen latentes los prejuicios, que en el fondo, no son más que los miedos. En este sentido, esta película se construye sobre cuatro elementos fundamentales, que de alguna forma son directrices para obtener paz y/o “descansar en paz”: el perdón, la comprensión, saber escuchar y querer aprender. Los espíritus errantes, al contrario, no son libres, como no lo son quienes viven de sus miedos, y por ello necesitan pagar una deuda. 

Muerto el tío de Norman, se le aparece como espíritu errante para pedirle que realice un conjuro que evitará  la maldición de la bruja: el renacer de los muertos. Pero, fallido el conjuro, el efecto de la invasión zombi es horrorosamente hilarante. Son zombis y atacan la ciudad, en consecuencia la gente escapa desesperada, pero ocurre un giro inesperado, pues se dan cuenta que los vivos son más y algunos están armados. Entonces, forman una turba iracunda que termina por obligar a los zombis a refugiarse para salvar sus “vidas”. Luego, ocurre otro giro interesante, pues, ante el miedo de los zombis, los vivos entienden que los muertos, aunque zombis, también son personas, por lo que, el enemigo común es la malvada bruja. Pero lo malvado de la bruja proviene tan sólo de un mito muy antiguo, harto conocido por los pobladores de aquel pueblo. Pero es tan sólo un mito, porque en realidad no fue más que una niña quemada por una desatinada acusación. Este último evento da un giro final que, junto a los demás giros, hacen 180 grados, pues todo retorna a la situación inicial. El enemigo real, y tal vez el único, es el miedo. El miedo se constituye en una fuerza creadora de prejuicios que tiene la capacidad de movilizar voluntades iracundas, sin un fin muy claro. El mayor miedo es el miedo a la diferencia, y se expresa defendiendo el rebaño de ovejitas blancas frente a la negra. Un aspecto interesante es que el desprecio a la singularidad de Norman, produce en él un extraño dolor y una sugestiva satisfacción de ser diferente.

En definitiva, el bullying no es tan sólo un fenómeno que ocurre en las escuelas, sino un fenómeno estructural que inicia en los hogares, con la incomprensión de los padres y se extiende a toda la sociedad. Es la incomprensión de las singularidades, que, a fuerza de acabarlas, o acaba con el individuo o revive un zombi.